Cualquier persona puede conseguir buenos resultados Un resultados es un efecto derivado de una acción, incluso no hacer nada también es una acción. Si queremos resultados diferentes, debemos de hacer cosas que no habíamos hecho antes.
Un avance importante a nivel empresaria es cambiar la metodología de trabajo orientada a tareas por otra diferente orientada a resultados. Este cambio puede suponer un incremento de la efectividad en las personas y eficiencia en los procesos.
Nuestra actitud y comportamiento condiciona las acciones que realizamos en el día a día. El origen de este comportamiento radica en lo que pensamos y en lo que sentimos, y éstos se alimentan mutuamente. Los pensamientos y sentimientos son el cristal por el cual vemos el mundo de nuestro alrededor. Nuestras percepciones y expectativas vienen condicionadas por lo que pensamos y sentimos. Finalmente según esta interpretación de nuestro exterior tendremos una determinada actitud que marcará nuestro comportamiento, y seguidamente nuestras acciones. Como se puede ver, hay bastante complejidad en todo el proceso que nos lleva a actuar de una forma determinada, sin embargo el origen está en lo que sentimos y pensamos.
La palabra tiene poder, la que decimos en voz alta tiene un impacto mayor del que esperamos en las personas que están en nuestro alrededor, por otro lado, las palabras que nos decimos a nosotros mismos también tiene un gran impacto en nuestra forma de ver el mundo. Por este motivo es muy importante nuestro diálogo interior. Ante una misma situación dos personas pueden vivir la misma experiencia de forma completamente diferente. Si ante un reto nos decimos que no podemos superarlo, nuestra mente deja de trabajar, pero si nos preguntamos cómo puedo alcanzarlo, nuestra mente continúa trabajando buscando respuestas y caminos.
Las personas que consiguen excelentes resultados utilizan un patrón similar al del proceso científico, que consta de tres fases: tener una visión, elaborar una estrategia con objetivos precisos para alcanzarlo y plantearse una «fase crítica» para identificar cuáles van a ser los principales problemas con los que se van a encontrar por el camino.