Ralph Lauren creó un mercado de ropa totalmente nuevo y paradójico: Ropa de alta costura que no incorporaba moda alguna. Ralph Lauren es un ejemplo de como trascendiendo los límites que marcan los grupos estratégicos dentro de un mismo sector se puede conseguir buenos resultados. La clave en este caso fue comprender qué factores determinan las decisiones de los compradores, eligiendo productos de unos u otros grupos estratégicos.
Al fundarse Polo Ralph Lauren, fue muy criticado por los expertos del mundo de la moda, porque se preguntaban dónde estaba la moda. No se dieron cuenta que su principal ventaja, precisamente era esta falta de fashion. Ralph Lauren aprovechó las ventajas decisivas de la alta costura y las líneas clásicas. Entendió que la gente compra alta costura por el valor emocional de vestir ropa exclusiva de un diseñador famoso, «yo soy diferente, y en la vida aprecio las cosas de más calidad». Por otro lado hay clientes que prefieren las líneas clásicas, a la alta costura, porque buscan prendas duraderas de alta calidad, que justifiquen sus elevado precios. Así que Ralph Lauren ha construido su marca en el espacio existente entre estos dos grupos estratégicos. El nombre del diseñador, la elegancia de sus tiendas y el lujo de materiales capturan lo que valora la mayoría de los clientes de alta costura; y el look clásico y los precios capturan lo mejor de las línea clásicas.